jueves, 8 de octubre de 2009

La sustancia es la esencia primordial de las cosas

Aristóteles tiende a definir la sustancia mediante la discusión de los métodos para conocerla. Lo que signifique la sustancia se muestra en la forma que conocemos cada cosa. A partir de categorías (predicados), Aristóteles sostiene que conocemos más y mejor la sustancia cuando preguntamos qué es, que cuando preguntamos por su color, tamaño, posición, etc. La mente separa a la cosa o sustancia de todas sus cualidades, y se concentra en lo que “realmente es”, que es su “naturaleza esencial”. Reconocemos que todos los humanos son humanos pese a sus diferentes tamaños o colores de piel u ojos u orejas. Además de ser “esta persona particular” que fulanito o menganita sean, fulanito o menganita son humanos, señala Aristóteles. Establece aquí el fundamento del esencialismo que, por ejemplo, está en el fundamento de las concepciones tradicionales de los derechos humanos o de mucha teoría social (derechos o instituciones se entienden entonces como predicados del “qué es esencialmente lo humano”). Las categorías o predicados también existen, pero no constituyen el objeto de estudio de la metafísica, sino de ciencias particulares. La preocupación central de la metafísica es el estudio de la sustancia, de la naturaleza esencial de los entes (cosas). La sustancia significa, tanto lo que no se afirma de un sujeto, como aquel sujeto del que se afirma algo. Lo que conocemos como fundamental de cada cosa es la sustancia, y es a partir de la sustancia que podemos afirmar otras cosas sobre esas cosas. Siempre que definimos algo planteamos su esencia antes de decir ninguna otra cosa sobre ese algo, como cuando hablamos de “un árbol grande” o “una población saludable”. “Árbol” y “población” se entienden esencialmente en términos de lo que les hace ser “árbol” o “población”, y se les entiende antes de afirmar de ellos que son “´grande” o “saludable”. Solo podemos conocer cosas determinadas, árboles o poblaciones existentes e individuales. La esencia, la sustancia, de cada “árbol” o de cada “población”, existe independientemente de sus cualidades o predicados. Lo cual no significa que la sustancia tenga existencia separada de sus cualidades o predicados. Mas si buscamos conocer la arbolidad del árbol en tanto diferenciada de su especie y variedad, color, tipo de hojas, etc, la esencia debe conocerse para permitirnos reconocer como tal a cada árbol que veamos o toquemos. En cada caso, cada árbol es árbol, mientras que sus predicados o cualidades cambian de uno al otro al otro. Una cosa es algo más que la suma de sus cualidades particulares, entonces. Existe algo sub-yacente (sub estare) a todas las cualidades de cada cosa. Por consiguiente, cada cosa es resultado, por una parte de una combinación de cualidades y, por otra parte, un sustrato al que se aplican esas cualidades.

Aristóteles se preguntó inmediatamente después de formular la sustancia o esencia, por sus relaciones con sus cualidades, de forma similar a como Platón se preguntaba sobre las relaciones entre las cosas y las ideas. ¿Qué es la sustancia? ¿Es materia? ¿Es forma? ¿Es ambas?

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